Septiembre de 2021. Esta vez toca el norte. País Vasco y un poquito de Navarra. Nos adentramos en el corazón de Euskadi. Azkoitia, Azpeitia, Cestona, Zumárraga, Vitoria, Estella y San Sebastian para terminar en Santesteban (Navarra) en la cabecera del Valle del Baztán. En la foto, a nuestra espalda la playa de La Concha en San Sebastián.
20 de Septiembre, primer día de ruta. Azcoitia – Cestona y vuelta.
Salimos de Madrid (Canillejas) de la puerta de casa de Fernando dispuestos a emprender una nueva aventura con el aliciente de los espectaculares paisajes que esperábamos encontrar en los recorridos que Juan nos había propuesto. El resultado final superó con creces las expectativas.
Y llegamos a nuestra casa rural, caserío Balenciaga en Azcoitia. Nos recibe una lluvia suave que, en principio, nos hace desistir de nuestros planes de hacer ruta hasta Cestona y vuelta por la tarde .
Iniciamos la ruta por la Vía Verde del Urola, que pasaba muy cerca de nuestro caserío, en dirección a Azpeitia y Cestona.
En Azpeitia teníamos idea de visitar el Museo del Ferrocarril pero, como a menudo nos pasa, cuando llegamos ya estaba cerrado. Aquí un par de muestras que nos presta el Sr. Google de lo que nos perdimos.
En Cestona hicimos una fugaz visita a su famoso balneario pero estaba cerrado por fin de temporada.
Y vuelta atrás por donde habíamos venido. Tan sólo unos 30 km ida y vuelta en este primer medio día de ruta para abrir boca.
Y este el recorrido completo de la Vía Verde del Urola (imagen de FFE-Vías Verdes extraída de su web viasverdes.com). Puede visualizarse con todo detalle desde la sección “mapas” correspondiente a la esta Vía Verde en su web.
Este primer día de ruta hicimos el primer tramo desde Azcoitia a Cestona y vuelta quedando el segundo tramo, Azcoitia a Zumárraga y vuelta para el segundo día de ruta.
Día 21 martes. Azcoitia – Zumárraga y vuelta
Seguimos de nuevo la Via Verde del Urola pero ahora en sentido contrario, desde Azcoitia hasta Zumárraga y vuelta.
Enseguida encontramos la antigua estación de Azcoitia convertida ahora en biblioteca y centro cultural. LLama la atención por el edificio añadido al lado y totalmente cubierto por las traviesas desmontadas de la antigua vía férrea. Un idea realmente original.
Seguimos camino por el curso del río en sentido ascendente.
Y aquí al natural vista desde la ermita de La Antigua.
El objetivo final era subir a la Ermita de La Antigua considerada la catedral de las ermitas vascas. Viendo el edificio desde fuera, nadie imagina el tesoro que alberga dentro.
Después de tres km de subida por la empinada cuesta vamos llegando uno a uno. Pedro, el de los vatios, se adelanta para hacer de reportero. Ya podrá…
Con un exterior austero, el interior está formado por una estructura compleja de vigas y maderas de roble que, mirando desde abajo, se asemeja al fondo de un enorme barco de madera.
LLegamos a nuestro hotel en Vitoria (Hotel Dato 2) que era una especie de suplemento del hotel principal que se encontraba justo al otro lado de la manzana y a una considerable distancia.
En el hotel nos llamaron la atención tanto las cristaleras de los balcones como varias esculturas y cuadros de desnudos en la escalera. Realmente curioso decíamos subiendo las escaleras. No había ascensor.
Inaxio, amigo de Juan, nos hizo de guía por la tarde en Vitoria y nos llevó por los lugares típicos y emblemáticos de la ciudad. Aquí junto a Celedón, personaje típico que baja todos los años con un paraguas enganchado en una tirolina desde la torre de la Iglesia de San Miguel sobre la multitud de la Plaza de la Virgen Blanca.
Y mira por donde, Inaxio nos dijo que el hotel donde nos alojábamos era famoso en Vitoria, y no precisamente como hotel, sino como lo que fue en otro tiempo, lugar donde muchos terminaban la fiesta o donde antaño, muy antaño, algunos mozalbetes perdían la inocencia de manos de “profesionales del amor” y acompañados de su progenitor…, vamos que fue eso, la casa de citas oficial de Vitoria. Ya decíamos que la decoración de la escalera era bastante sugerente.
Y en la Plaza De La Virgen Blanca no podía faltar la foto que se hacen todos los “giris” que pasan por Vitoria.
Después el recorrido continuó por el Parque de La Florida, uno de los principales pulmones verdes de Vitoria y con una gran variedad de plantas de diferentes orígenes.
Seguimos con visita a la Catedral Nueva y otros monumentos de camino al centro. Ya iba siendo hora de buscar un sitio para reponer fuerzas.
Inaxio sugirió el 7, “Bar el 7” famoso por sus super bocatas y allí terminamos. Muy recomendable, si señor. Bocatas de todo tipo y de tamaño familiar y bien rellenitos, nada de pan con algo, no, era más bien algo bien generoso con pan. Había que prepararse para el día siguiente. Nos esperaba un día duro.
Y nos despedimos de Inaxio con la sensación de que dejábamos un buen tipo al que visitar en futuras ocasiones. Un abrazo, amigo..!!
Día 22 miércoles. Vitoria – Estella: El Trenico.
Partimos de Vitoria hacia Estella por la Vía Verde del Ferrocarril Vasco-Navarro (El Trenico). Nos esperan unos 80 km con sorpresa incluida.
Y seguimos camino hasta que un poco más adelante, sobre el km 20, nos encontramos con el túnel de Laminoria. Y esta es la sorpresa, el túnel está cerrado y se ha preparado una desvío alternatívo de 9 km por la montaña, pero… ¡¡¡ que alternativa !!!.
La Vía se interrumpe desde el punto “Desvío >>” hasta unos 2 kms más abajo del punto “Enlace con Carretera” y continúa por carretera hasta la Ermita de Santo Toribio donde de nuevo enlaza con la Vía Verde. En total unos 6 km de camino por montaña con toboganes y pendientes que nos hicieron bajar de la bici en muchas ocasiones. Un verdadero suplicio.
Este es el perfil de los primeros 50 km. Sobre el km 13 tenemos la subidita al Santuario de Estíbaliz y ya en el 30 y en el 31 las dos cotas que aparecen marcadas en la imagen anterior porque cuando ya creías que habías terminado de subir, venía una bajada que no era más que “más madera” para la siguiente subida. A partir de la “Cota2” ya es todo bajada hasta enlazar con la carretera. Un poco más abajo de esa “Cota2” nos esperaba Antonio que había hecho el primer tramo con la furgo.
Y aquí Fernando al paso por la “Cota1”. Viendo la imagen de Google anterior, está claro que hay varios caminos alternativos mucho más suaves que éste. El que decidiera que la Vía fuera por aquí, es claramente masoquista. Un consejo para quienes se planteen hacer este recorrido, busquen, comparen y encuentren algo mejor…, ¡¡ que lo hay !!.
Y después de tanto suplicio, enlazamos de nuevo con la Vía Verde y seguimos camino hacia la antigua estación de Antoñana donde esperábamos encontrar donde comer
Antes pasamos el túnel de Elortza, especialmente cuidado y ambientado con sonidos del antiguo tren. Nada más entrar, sorprende el “Chu-Cu-Chu” del tren y da la impresión de que te lo vas a encontrar dentro. Una idea genial.
Pues nada, decidimos seguir adelante hasta el próximo pueblo donde encontrar algún sitio donde nos dieran, al menos, un bocata o lo que fuera. En Santa Cruz de Campezo, el siguiente pueblo con pinta de tener algún restaurante o algo parecido, encontramos uno en el que teníamos que esperar una hora para una mesa libre. Decidimos seguir camino.
Hasta que, por fín, unos kms más adelante encontramos el Camping de Acedo, en el pueblo del mismo nombre, dispuestos a darnos de comer a horas intempestivas, a eso de las 5 de la tarde más o menos.
Y con la tripa llena las piernas andaban más listas y pusimos rumbo a nuestro destino que ya veíamos cerca. Aunque aún quedaba alguna sorpresa más para alguno.
Entre las poblaciones de Murieta y Albeiza ya en las proximidades de Estella, la Via Verde discurre por caminos ya que su trazado original ha sido secuestrado por la carretera. Salvo en algunos tramos está bastante bien acondicionado.
Entre estos dos pueblos está Zufía y es precisamente allí donde a Pedro se le acabaron los vatios de la batería de la bici. Las tremendas cuestas del desvío para sortear el túnel de Laminoria que le obligaron a escurrir la batería al máximo pasaban factura ahora y le obligaban a bajarse de la bici empujando sus casi 30 kilos en las cuestas para coger carrerilla en las bajadas. Y aún quedaban casi 10 km hasta nuestro destino en Estella.
La actual Hostería de Curtidores en el antiguo barrio judío fue en su día una tenería del siglo XVIII (curtiduría) que se ha convertido en moderno albergue del Camino de Santiago respetando parte de sus orígenes.
Y una vez aposentados en nuestro estupendo albergue, toca visita turística a Estella acompañados de Tica, amiga de Juan (Juan tiene amigas por todos los rincones). Tica es de Estella y nos hizo de guía turística recorriendo las calles de la ciudad. Una suerte, la verdad.
La Calle de la Rúa, eje del burgo medieval de los francos de San Pedro de la Rúa. Al fondo encontramos el Palacio de los Reyes de Navarra.
Carmelo Boneta Lopetegui, reconocido tallista de madera cuyos trabajos han llegado a todos los rincones del mundo. Su taller, que nos mostró con gusto, está repleto de tallas de todo tipo. Un artesano que mantiene la tradición del lugar especial donde se encuentra, la calle Rúa de Estella.
Día 23 jueves. Cuarto día de ruta: Pamplona Leitza (Ruta Plazaola).
Terminamos en Estella cenando con Tica y a la mañana siguiente pusimos rumbo a Pamplona para iniciar la primera parte de la Vía Verde del Plazaola, desde Pamplona a Leitza, dejando la segunda hasta San Sebastián para el día siguiente.
Juan se adelantó con la furgo hasta Lecumberri para volver en bici a nuestro encuentro y el resto, después de callejear por las afueras de Pamplona, llegamos al punto de inicio de la ruta, el Monumento al Tren Plazaola.
Los primeros 10 km transcurren por el antiguo trazado de la vía con alguna pequeña excepción pero enseguida, a la altura de Iza, la autovía se comió la vía y hay que subir y bajar un repecho con una pendiente de aúpa y con la bajada realmente seria. Las curvas en zig-zag que se ven en la imagen son de la bajada, peligrosa no sólo por la pendiente sino por los cantos rodados.
El resto hasta Lecumberri discurre más o menos igual con varias interrupciones de la vía por los trazados de las carreteras principalmente.
La antigua carretera Pamplona – San Sebastián robó a la vía férrea algunos tramos cuando ésta cayó en desuso. En la foto se aprecia cómo la Vía Verde entra en el túnel incorporándose a la carretera.
Seguimos camino a Lekumberri alternando tramos de Vía con antigua carretera y, a veces, algún desvío necesario por coincidir con zonas de tráfico.
Pero a lo más que llegamos es a hacernos algunas fotitos desde la Vía Verde con la cascada al fondo. Juan había vuelto a nuestro encuentro desde Lekumberri que ya teníamos a unos 4 Km y nos puso los dientes largos comentando las excelencias del restaurante en el que había reservado para comer.
Y seguimos camino hacia Leitza. Enseguida nos topamos con una de las atracciones de la ruta, el Tunel de Uitzi que con sus 2.670 m de longitud pasa por ser el túnel de ferrocarril de vía estrecha más largo de Europa.
Hostal Rural Lopenea. Jon, el dueño, un tipo estupendo, joven y de conversación muy agradable. Y que decir del hostal, pues que como se ve de estupendo por fuera, así era por dentro.
Y en el pueblo, no podía faltar la visita al nº 22 de la calle San Miguel donde se rodaron escenas de la peli “8 apellidos vascos”. Una atracción en el pueblo.
Y para despedirnos de Leitza decidimos cenar a base de tapas y dejar ya lo del menú porque nos pasa lo de siempre, cuando volvemos a casa la misma pregunta: Oye, pero tú has ido de ruta ciclista o gastronómica ??. Y es que si, yo al menos, cuando vuelvo de ruta nunca me peso por si la báscula se equivoca. Pero claro, llegamos al restaurante, echamos cuentas y siempre nos sale más barato el menú que las tapas, así que nos convencemos que oye, pues platos de verdurita y eso…
Y aquí un ejemplo del segundo de Fernando que estaba de dieta desde hacía meses, “Bacalao al ajoarriero”, y bien generoso, plato tipo abuela que casi no se podía terminar. Y el primero fueron fritos rebozaos, no te lo pierdas…, y los postres, y café y…, cayeron no se cuantas botellas de sidra. Y los demás pues por el estilo.
En fín, que la Beatrizenea es muy, pero que muy recomendable en Leitza. Esa noche dormimos como benditos, yo al menos. Creo que Antonio no tanto…, se juró y perjuró que no volvía a cenar de menú.
Día 24 viernes. Quinto día de ruta: Leitza – San Sebastián (Ruta Plazaola, Txikitren).
Pedro coge la furgo hasta San Sebastián y el resto salimos a buscar la antigua estación de la Vía Verde que dejamos ayer a unos 300 m del hostal y tomamos rumbo a San Sebastián. Hoy si, una delicia, todo bajada y la Vía encajada entre la montaña y el río Leitzarán. Paisaje espectacular.
El tramo hasta San Sebastián (antiguo Txikitren), todo en bajada y en paralelo al río Leizaran es espectacular. La Via salva los recodos del río con túneles y viaductos a veces a una altura considerable respecto del cauce.
En otras ocasiones para dar paso a la vía se ha mordido la montaña como en la llamada “Txapela de Bertxin” en la siguiente imagen.
LLegamos a Andoaín donde termina la Vía Verde. Hasta San Sebastián, a unos 13 km, circulamos por tramos de carriles bici y calles de Andoaín, Urnieta y Hernani hasta San Sebastián siguiendo el cauce del Río Urumea. Y por fín en nuestro destino en el centro de Sanse, “Koba Hostel”. Si, Hostel, una habitación familiar para los cinco, dos literas y una cama doble. A ver cómo se acopla el personal.
La idea era darnos una sesión de chorros de agua en el balneario “la Perla” en el paseo de La Concha y después ir a comer, pero como llegamos bastante pronto del viaje, decidimos apañarnos un poco, comer abajo en el restaurante junto al Hostel que nos había recomendado mi prima y después a relajarnos tranquilamente bajo los chorros de agua con la playa de La Concha a la vista. Cogimos los bártulos de baño y nos fuimos camino del balneario.
Y lo primero es saludar al mar. Lo más cerca desde Gros es la playa Zurriola, hermana pequeña de La Concha.
Realmente San Sebastián es única por su belleza y entorno, playa, montaña y un clima envidiable. Con el cambio climático que se avecina y que prevé que media España sea casi desértica en no muchas décadas será, seguramente, uno de los mejores sitios para vivir. Al tiempo…
Y en uno de sus extremos el Kursaal. Casualmente hemos caído en San Sebastián en su famosa “Semana Grande” donde se está celebrando su famoso festival de cine. SSIFF (San Sebastián International Film Festival). Alguna que otra celebridad vimos llegar al pase de alguna de las películas.
En el camino al balneario se recorre todo el paseo de La Concha lleno de pequeños espectáculos improvisados al aire libre que supongo que serían por lo de la Semana Grande.
Y llegamos al balneario con sus chorros de agua, sus saunas y todo lo que ya sabemos que tiene un balneario. Pero éste, además, nos permitió salir a la playa y darnos el gustazo de un baño en la playa de La Concha volviendo después de nuevo a los chorritos y la sauna. Después de la jornada de bici, ideal…!!!.
Un paseíto ya más tranquilo por el maravilloso paseo junto a la playa y tocaba dividirse. Yo había quedado con mi familia de Sanse por la tarde y el resto con Idoia, amiga de Juan (ya he dicho que Juan tiene amigas en todas partes), que les hizo de guía por la ciudad. Al final terminaron en el “photocall” del festival de cine como actores de una peli. Y trazas si que tienen, dan el pego, que no ?.
Yo me fui a buscar a mis primas, Concha y Conchi a la tienda que tienen en Gros. LLevábamos más de dos años sin vernos por culpa del bicho maldito. Que alegría poder abrazarnos de nuevo.
Día 25 sábado. Último día de ruta: Vía Verde del Bidasoa (El trenico).
Me toca a mi coger la furgo. Yo ya hice gran parte de esta ruta durante el verano y podía perdérmela. Es una ruta suave y tranquila que sigue el curso del río Bidasoa desde Irún a Santesteban (Donezbeke).
Juan pasando revista al material. Todo tiene que estar controlado y en su punto. Menudo es Juan para que se le pase algo por alto. Un día de estos le vamos a hacer un merecido homenaje por todo lo alto.
La Vía Verde del Bidasoa es una ruta con suave pendiente, ideal para todo tipo de ciclistas, hasta los más novatos pueden hacerla sin problema. Y el discurrir junto al río hace el recorrido de lo más agradable.
Un km más adelante esperaba yo con la furgo preparada para cambiarnos y asearnos un poco para ir a comer. Habíamos reservado en el restaurante Hilarion, en Elgorriaga, a un par de km de Santesteban para poner la guinda al pastel de estos cinco días por el extraordinario entorno del norte de España.
Y aquí está la guinda…, bueno el supermenú del Hilarión (yo ya lo conocía). Lo celebramos por todo lo alto como se merecía el evento. Platos abundantes y exquisitos regados con sidra del país. Y todo esto ?.., pues porque nosotros lo valemos…!!!
Y contentos y satisfechos por el trabajo bien hecho, iniciamos el camino de regreso a casa. Pero…, aún faltaba algo que celebrar.
Pues si, Ferrnado cumple hoy 69 tacos, ahí es ná (y a mi que me toca en unos meses, que bajón…). Pero ahí le tenéis, como un chaval..!!, y subiendo puertos con sus colegas del equipo ciclista de Pueblo Nuevo como el que se toma un café. MUCHAS FELICIDADES, Fer…, el año que viene preparamos otra por estas fechas. Un abrazo amigo.
Y todo llega a su fin, en el camino de vuelta a Madrid, Juan ya le da vueltas a la próxima. Tenemos tantas pendientes que no sabemos por donde empezar.
Hasta la próxima…!!!!.
Maravillosa crónica muy bien amenizada con las fotografías
A la próxima amenazó con apuntarme
Magnífica y espectacular ruta, lugares con mucho encanto y buenísimas comidas.
Gracias por compartir!!!!!