Noviembre del 2023. Después de algunos aplazamientos para intentar ajustar las fechas a los compromisos de cada uno de nosotros nos ponemos en marcha hacia Extremadura el 8 de noviembre para, entre otros, hacer el tramo recién inaugurado de la “Ruta de La Plata” que consigue unir las localidades de Plasencia con Bejar y un poco más allá. Son casi 70 Km que tenemos previsto hacer en dos tramos. Después, Canal de Orellana, Almoharin (Capital europea del higo, dicen los almoharinenses, o como se diga) y Medellín donde haremos la vía verde de las “Vegas del Guadiana”. 

Martes 8 de Noviembre. Partimos desde Galapagar hacia Hervás, nuestro primer destino. Rincón de Extremadura que nada tiene que envidiar a los más apreciados lugares del norte de España.

Vista panorámica de Hervás desde la Vía Verde de la Plata. Al fondo el embalse de Baños que recoge las aguas de toda la cuenca.

Con un clima privilegiado, próximo a Portugal y a la influencia del Atlántico, donde se agotan buena parte de las borrascas que se estrellan en la sierra de Gredos pero que dejan por allí un clima envidiable para los que vivimos en el centro.

Y llegamos a nuestra casa rural, en las afueras de Hervás, el sitio es ideal. Esta imagen obtenida de Google debe ser antigua porque la puerta de entrada ahora es una corredera

Una vez dentro nos encontramos con un recinto ajardinado con dos casas rurales, grande y pequeña, y con rincones ideales para pasar unas buenas vacaciones. No es nuestro caso en este momento, pero tomamos nota por si alguno de nosotros se lo plantea en el futuro.

Y aquí Pedro parece que haciendo fotos de la casa grande. Al fondo la casa pequeña. La furgo a buen recaudo en la zona de parking.

Acogedor por fuera y también por dentro. Este es el salón que nosotros no vamos a disfrutar mucho, pero ideal para unas minivacaciones con amigos o familia.

Toca repartir las habitaciones. No hay problema, somos 6 y hay 4, dos dobles y dos individuales. Fernando y yo que somos pareja de hecho pillamos la que mejor pinta tiene, véase la imagen, Juanjo se queda en una individual en la planta baja y el resto se juegan a los chinos la otra individual que queda. Pedro es el afortunado.

Y después de tomar posesión de nuestro alojamiento por dos días, ya, sin más “dilatación” como diría el “Gran Isaías”, nos ponemos en marcha con la idea de hacer un poco de ejercicio por los alrededores de Hervás después de comer. De camino al centro, en el mimo “Puente de la Judería” nos echa el alto el propietario de la casa rural. Nos había recibido su hermana en la casa y él estaba pendiente de hablar con nosotros. Muy interesado en informarnos de todo lo relacionado con la intendencia de la casa y de lo que nos podíamos encontrar en Hevás: restaurantes, sitios para desayunar, lugares…, y mostrándonos sus preferencias…, muy solícito ciertamente.

Varios, entre otros nuestro casero, nos habían recomendado el restaurante “El Mirador”. Pues allí fuimos y a fé que no nos arrepentimos. Por cierto, aquí se ve radiante cuando la cámara del Sr Google pasó por allí. Hoy llovía

No hay que explicar mucho, los platos hablan por si solos. Fuera llovía y se nos estaban quitando las ganas de dar la vuelta en bici que teníamos programada después de comer. Efectivamente, vuelta pa casa que se hacía la hora del “free tour” que habíamos concertado por la Judería de Hervás.

Nos acompaña en Hervás Piedad, amiga de Juan. Ya sabemos que Juan siempre tiene un “amig@” en cada puerto, algo que nos viene genial para no perdernos muchas cosas interesantes de los sitios a los que vamos.

Ana, que así se llama la guía que nos hizo el free tour, nos permitió conocer o recordar muchos episodios interesantes de la historia de la judería de Hervás y de las costumbres y usos del pueblo judío así como de muchas otras relacionadas con Extremadura. Como la mayoría de free tours es una opción muy útil para conocer y apreciar los lugares importantes por los que pasamos.

Y después del free tour había dos opciones, ir a cenar al “60” o a ver el fútbol. Bueno pues ya podéis imaginar el resultado, los que veis en la imagen, Piedad, Juan y Juanjo más Pedro que saca la foto decidieron que la oferta del “60” junto al fuego que tienen a la espalda era mucho más apetecible que un montón de tíos en calzoncillos corriendo detrás de una pelota. El resto nos fuimos a ver al Madrid en partido de Champions.

Miércoles 9 de Noviembre. Primer día de ruta. Ayer hicimos la friolera de 2,5 km. La lluvia nos mandó para casa. Hoy hacemos Hervás – Navalmoral de Béjar y vuelta.

Pero antes hay que desayunar y nos habían hablado de los estupendos churros que hacen por aquí. Ayer quedamos con los de “El Mirador” en que podíamos llevar nosotros los churros y desayunar en el restaurante. Sin problema. Parece que es lo habitual. Pues eso, café, churros, porras, zumito…, como señores…!!

Unos 200 m más arriba del restaurante alcanzamos la vía verde y después de inmortalizar el momento ponemos rumbo a Baños de Montemayor, Béjar y Navalmoral de Béjar. Como se puede ver, el día ha cambiado por completo, luce un sol radiante y, aunque el día es un poco fresquito, la vía pica pa´rriba aunque no sea mucho y eso nos hace entrar en calor rápidamente.

La Vía se abre camino por la Sierra de Béjar entre vegetación autóctona (robles, castaños, fresnos, abedules,…), que varía a medida que vamos subiendo poco a poco por la montaña. Todo un espectáculo donde se mezcla el verde con los colores del principio del otoño.

Nos vamos alejando de Hervás y a medida que subimos por la falda de la sierra encontramos vistas increíbles del Valle de Ambroz con el embalse de Béjar (del río Béjar) al fondo.

En el camino nos encontramos a Juan Muñoz (El Bejarano), colega con experiencia por estos pagos en el mundo MTB que nos confiesa que ya es hora de tomárselo con más tranquilidad, mas o menos como nosotros. Un saludo, amigo..!!

Estación del “Puerto de Béjar”. En Vias Verdes se puede leer “La pequeña estación, en la que recaló José Luis Cuerda con su película El bosque animado, es hoy una agradable cafetería y restaurante de floreada terraza, detalles ferroviarios y un vagón-comedor en el interior. También dispone de alquiler de bicicletas.”

Además de lo anterior, en “Puerto de Bejar” hay también entretenimiento para los más chicos. Hay que ver, son como niños…!!!

Seguimos camino y llegamos a la “Estación de Bejar Verde” restaurada para su uso como restaurante, café y albergue de 40 plazas.

Llegamos a Béjar situada en un montículo atravesado por la Vía mediante un túnel en curva de unos 370 m de longitud dejando la Plaza Mayor de Béjar a 50 m por encima del nivel del túnel. (La imagen se toma prestada de la web de Vias Verdes).

Y unos km más allá de Béjar, después de un pequeño tramo del que aún no se han levantado los raíles de la Vía, llegamos al final del tramo actual, Navalmoral de Béjar. En proyecto está la unión desde aquí con Alba de Tormes y Salamanca, tramo que ya conocemos, uniendo Plasencia con Salamanca por Vía Verde. A ver si llegamos a tiempo para recorrerlo, aunque sea…., ¡¡ yo que se cómo..!!.

De vuelta a Hervás, paramos en Baños de Montemayor a comer en este restaurante: “El Solitario”. Y tanto que solitario, arriba de un cerro al que subimos, en lugar de por carretera como personas civilizadas, el Sr. Google nos metió por una trocha que resultó ser una calzada romana pero cuesta arriba. Empujando la bicis durante 450 metros (medido en google) con una pendiente de no menos del 15 ó 20%. Juanjo con el poderío que le dan los vatios subió sorteando los piedros de la calzada. El resto a patita y empujando bicis. Volvimos a Hervás por carretera. El tiempo apremia. Esta tarde tenemos balneario.

 

Y algo que tampoco falta en la mayoría de nuestras salidas es un balneario y en la zona hay unos cuantos. Elegimos “El Salugral Termal Resort” en las afueras de Hervás y allí nos entretuvimos un par de horas jugando como niños grandes. Nos acompañó Piedad que después se apuntó a una sesión de Yoga con Juan.

En la piscina y con Piedad como testigo, echamos a suertes quien cogía la furgo mañana para ir de Hervás a Plasencia. Y a quien creéis que le tocó ?. Efectivamente, a mí. Me pillé un rebote de aúpa. Yo llevaba tiempo esperando hacer la Vía de la Plata completa y…, zasca, en “tol medio” . Pero bueno, que le vamos a hacer, deportividad.

Después del baño, a algunos, que en principio no teníamos mucha intención de cenar, se nos despertó el apetito y como ayer, mientras unos veíamos el fútbol otros cenaban en “El 60″ y hablaron maravillas de él, pues nos entró el gusanillo de probar los estupendos majares que los otros pregonaban. Así que mientras Antonio y Fernando se iban a casa haciendo ayuno nocturno, otros nos fuimos al 60 a comprobar lo que nos habían dicho. Y el resultado es que, “pa gustos, colores”, al menos a mi para cenar pues no me convenció mucho, la verdad. Una opinión muy particular.

Jueves 10 de Noviembre. Segundo día de ruta, Hervás – Plasencia. Segundo tramo de la Ruta de la Plata. Me toca llevar la furgo hasta Plasencia y volver al encuentro del resto.

Como lo que quiero es volver desde Plasencia al encuentro del resto y hacer la mayor cantidad de km posibles, me tomo un desayuno ligero en casa, cojo la furgo y me voy pa Plasencia. Les dejo desayunando churros. Desde la estación de autobuses donde habíamos acordado dejar la furgo y el final de la Vía Verde en Plasencia había un buen trecho y no estaba fácil llegar. Me costó un “güevo” encontrar la Vía. Por fin eché a andar en busca del resto.

Se suponía que se iban a entretener en Cáparra a esperarme desviándose unos 5 km hasta la ciudad romana. Pero no, Fernando se fue sólo, le abandonaron a su suerte, el resto continuó camino. Ya se sabe la afición de Fernando por los piedros.

Pues eso, gracias a Fernando podemos tener estas estupendas imágenes de Cáparra, otra antigua ciudad romana de origen incierto, que  llegó a ser municipium de Roma con el emperador Vespasiano. Su privilegiada situación en la Vía de la Plata impulsó su crecimiento según dicen las crónicas. 

Fernando quedó en Cáparra abandonado a su suerte entre los “piedros” y el resto continuó camino. La imagen de arriba es verdaderamente original, el pueblo con su monumental construcción en medio del barranco es casi una obra de arte. De concurso, todo un artista Fernando…!!, pero falta un pequeño detalle, ¿ que es ?, ¿de que se trata ?.

La Vía Verde atraviesa los campos y dehesas de Extremadura. Encinas y alcornoques lo dominan el paisaje y entre ellos, piaras de cerdos y rebaños de ovejas. La lluvia de las últimas semanas da vida a todos, campos y animales.

Llegando a Plasencia la Vía cruza el río Jerte en varios puntos dando lugar a los viaductos “Arroyo Tejoneras” y “Del Jerte“. Las vistas que se ofrecen desde ellos son realmente extraordinarias.

Juanjo y Pedro felices como perdices…!!!. 

Juan y Antonio nos esperaban en el mirador del viaducto del Jerte. Fernando vendría más atrás, muuucho más atras. Se quedó en Cáparra y ha estrenado móvil nuevo (por fín..!!!). Estará sacándole partido.

Yo había dejado la furgo en el parking de la estación de autobuses a unos 3 km del final de la Vía Verde. Por la ribera del Jerte hay un carril bici rodeado de árboles por medio del Parque de la Isla, que así se llama, por el que llegamos a la estación.

Y aquí el parking de la estación donde teníamos la furgo con una de las luces de cruce fundida. Juan consiguió con gran esfuerzo sacar la lámpara fundida. Ahora había que buscar una tienda de repuestos, “andandará” la tienda esa…, pues resulta que la tienda tuvo la gentileza de venir a nosotros, justo al otro lado de la calle la teníamos, enfrentito del parking. A la izquierda recuadro verde donde estaba la furgo, a la derecha, recuadro rojo, la tienda. Compramos y cambiamos la lámpara (bueno, la cambió Juan) y nos fuimos a comer a un restaurante de las afueras.

Y éste el restaurante en el que comimos. Yo diría que mucha pompa para pocas nueces. Juanjo se nos había despistao haciendo caso al GPS de su móvil que parece que andaba más despistao que él y le llevó por andurriales que no parecieron convencerle. Al fin consiguió encontrar el camino. Y Fernando ?. Donde está Fernando ?. Le llamo y me dice que desde Cáparra se ha equivocado y se ha vuelto a Hervás. Me lo dice tan alarmado que me lo tragué…”stúpido de mi..!!”, estaba llegando al restaurante.

Y de Plasencia y en la furgo a nuestro siguiente destino, Almoharin (Capital Europea del Higo), si, si, del Higo con mayúsculas tal como se ve en la fachada de uno de los edificios municipales de su Plaza de España. Teníamos reservadas dos habitaciones en la Casa Rural La Plaza, justo aquí.

Casa Rural La Plaza, en esta esquina, la lotera es la dueña y las habitaciones arriba. Tenemos dos, una con tres más una cama (un miniapartamento) y otra con dos. La de dos nos la quedamos en principio Fernando y yo, que ya he dicho que somos pareja de hecho, pero Antonio, que tiene el sueño muy ligero le propone a Fernando el cambio y Fernando, Juan, Pedro y Juanjo duermen en el miniapartamento. Todo arreglado. Por cierto, que llevamos un décimo de lotería de la administración de nuestra casera, y también lotera, para todos.

Aseados y acoplados en nuestros nuevos aposentos toca hacer turismo por Almoharin y, sobre todo, buscar un buen sitio para cenar, bueno cenar sólo algunos otros prefieren adelantar la cuaresma unos cuentos meses. No puede faltar fotito con el edificio más representativo de Almoharín, la iglesia de El Salvador con su emblemática torre de tres cuerpos construidos en diferentes épocas cada uno de ellos.

Mucho turismo no se podía hacer por Almoharin, así que después de una vuelta por las calles casi desiertas Antonio y Fernando se fueron a casa haciendo ayuno nocturno y el resto nos metimos pal cuerpo una parrillada de verduras de la tierra a la que no le faltaba de ná como podéis ver. Esa noche dormimos como bebés, al menos yo.

Viernes 11 de Noviembre. De Almoharín a Medellín por el Canal de Orellana. Después de un completito desayuno en un concurrido bar de las proximidades de la plaza, emprendimos camino a Medellín, pero antes….

No nos íbamos a ir de Almoharin (Capital Europea del Higo), sin llevarnos algo de las especialidades de la tierra. Ya nos habían informado donde podíamos encontrar lo que buscábamos.

Y efectivamente, aquí elaboran todo tipo de esquisiteces con el higo como protagonista. Hicimos todos buen acopio pensando en los regalitos y compromisos familiares. La furgo iba a tope pero aún había huecos que rellenar.

Juanjo se encargó de conducir hasta Medellín, un inesperado problema en las posaderas fue el responsable de que echara hoy pie a tierra, ya veremos mañana. Por tanto, no hubo que sortear quien conduce hoy, bendito problema de Juanjo dirían algunos, yo no, ya me tocó mi ración ayer.

Hoy vamos hasta Medellín por el Canal de Orellana, enorme infraestructura hidráuilica con más de 2.000 km de canales que se comenzó a construir en el año 46 y no se completó hasta el 72. Los mas veteranos recordaremos el famoso “Plan Badajoz”. Da vida a 32 poblaciones y más de 6.500 agricultores de Las Vegas Altas del Guadiana. El canal discurre entre las poblaciones de Orellana la Vieja a Torrefresneda y en la imagen cedida por cortesía de WikiLock se puede apreciar claramente como toda la zona que abraza el canal esta cuajada de infinidad de parcelas verdes regadas por el canal.

Pues ahí vamos, por la vía de servicio del canal totalmente asfaltada y llana desde Almoharín a Medellín. Por el camino podemos apreciar la magnitud de esta monumental obra.

Antes de llegar al final del canal, Torrefresneda, nos desviamos por carretera hacia Medellín. Y ahí lo tenemos a la vista, con su imponente castillo y teatro romano que da pie a la foto de portada de esta aventura.

Llegamos a Medellín donde nos esperaba Juanjo y no podía faltar la foto con el Puente Romano, uno de los emblemas de la ciudad junto con sus castillo y teatro romano.

Nuestro alojamiento estaba justo en el lado opuesto del pueblo más o menos a un km de donde nos encontrábamos. Era hora de asearse y de lo más importante que la tripa ya protestaba y por estos pagos acostumbran a comer bien. Metimos las bicis a buen recaudo y el mesonero nos ayudó a sacar las tarjetas de la habitaciones desde una máquina expendedora que hay en la fachada. Todo un detalle de modernidad…!!!

Pero…, ¡¡ un momento..!!, antes hay que decidir algo muy importante… Como sabemos todos cantamos en sueños (y digo TODOS), unos la Traviata, otros van de Beethoven, Vivaldi o nanas más o menos suaves, pero TODOS cantamos. Y también hay quienes con el respirar de una mosca son incapaces de pegar ojo. Bueno, pues en el grupo, como es lo normal entre los que ya no cumplimos los 50, tenemos de todo, Pavarottis, Caballés y otros…, por lo que había que sortear las habitaciones y, sobre todo, compi de habitación.

Y ahí, junto a esa maquinita expendedora de habitaciones marcada en rojo sorteamos quien elegía primero. Fernando fue el afortunado y eligió a su pareja de hecho…, yo. El siguiente fue Pedro y eligió a Juan. Pues nada, la suerte está echada, Juanjo y Antonio quedaron emparejados.

Después de tomar posesión de nuestras habitaciones por dos días , comimos en el Hostal y por la tarde visitamos el Museo Etnográfico de Don Benito, a tan sólo 10 Km de Medellín. Muy interesante comprobar, al menos por parte de algunos, la similitud de las costumbres y modo de vida de esta parte de España con, por ejemplo, la Castilla que nos tocó vivir a algunos.

Todo tipo de utensilios de la vida diaria de hace ya 80 años, y más, estaban expuestos tal cual: La escuela con sus estrechos pupitres y enciclopedias, la botica con sus brebajes, la tienda de ultramarinos con artículos de lo más variopinto, aperos de labranza…., un verdadero viaje al pasado para los que nacimos en zonas rurales pobres donde aún se trabajaba la tierra con arado romano tirado por yunta de vacas o mulos.

Viernes 11 de Noviembre. Tercer día de ruta, Vía Verde “Las Vegas del Guadiana”. De Logrosan hasta Villanueva de la Serena con propina hasta Medellín. A medio camino, parada en Madrigalejo.

Desde Medellín vamos con la furgo hasta el comienzo de la Vía Verde en Logrosan. Llueve, no mucho pero lo suficiente para tener que apañarnos tal como se ve, vaya pintas…!!!. Echamos a andar rumbo a Madrigalejo, primera parada.

Pues rumbo a Madrigalejo primero donde visitaremos la casa donde murió Fernando II de Aragón (El Católico) intentando llegar a Guadalupe.  El camino recto siguiendo el curso del río Ruecas, paisaje típico extremeño sin demasiada vegetación con arroyuelos que alimentan al río.

Y aquí, en esta humilde casa, murió un poderoso rey, no porque quisiera dar ejemplo de austeridad, no, es que le llegó la hora de camino a Guadalupe donde tenía asuntos importantes que tratar, pero….

Aquí firmó su cuarto y último testamento por el que nombraba heredera de todos sus derechos a su hija Juana (la mal llamada “loca”) y al Cardenal Cisneros gobernador de Castilla hasta la llegada de Carlos I.

La firma del Rey se puede apreciar temblorosa en el centro.

Se supone que ésta es la cama donde falleció. Bueno, parece que se conserva bien después de 500 años.

Ojo…!!!, NO, no es la gallina de Franco. Es el escudo de España en tiempo de los Reyes Católicos. Representa los Renos de Castilla y León, La Corona de Aragón más el Reino de Las Dos Sicilias y, al pie junto a la cola del bicho, una granada símbolo del Reino de Granada. Ésta habría sido una buena foto para la portada de la crónica, pero asusta un poco, así es que mejor que no.

Habíamos reservado aquí, restaurante “El Cazador”, tenía buena pinta pero ciertamente tenemos que ponerlo a la cola de nuestras preferencias. Fatál..!!. Una sopa supuestamente “castellana” que no era más que agua caliente con un poco de aceite y pan a secas. Eso era todo. Con las ganas que yo tenía de comer algo caliente… Y del resto, pues más o menos.