Jueves, 9 de julio de 2020. Primera salida post confinamiento. Por fin podemos volver a retomar nuestras aventuras cicloturistas, ejercicio saludable, buen yantar y buen descanso de cuerpo y de espíritu. Iniciamos la ruta en Villardeciervos, precioso pueblo zamorano reserva del Lobo Ibérico. Pueblo de nuestro querido amigo Manolo que nos prestó su casa durante los días que anduvimos por la zona. Entre medias, de camino a Lugo subimos O´Cebreiro y después de una rutita por la ribera del Sil finalizamos estancia en tierras gallegas con visita turística en La Ribeira Sacra.
Primer día: Destino Villardeciervos (Zamora). El pueblo de Manolo
Salimos de casa de Juan, en Galapagar, con destino a Villardeciervos en Zamora, el pueblo de Manolo. En el camino nos pilló una tormenta que no veas cómo se agradece después de los 37° que dejamos en Madrid.
Y llegamos a Villardeciervos, el pueblo natal de Manolo. Sorpresa mayúscula, precioso, genial, casas centenarias de piedra labrada, muy cuidado, ideal para pasar unos días o unas vacaciones porque, además, el entorno es espectacular.
Desayuno frugal y después de asesorarnos en la oficina de turismo (porque hay oficina de turismo en Villardeciervos), nos ponemos en marcha.
El de la oficina de turismo nos aconseja una ruta que ya teníamos más o menos programada. Era 55 km por caminos de la sierra, en dos tramos, uno difícil y otro fácil. Para empezar ya habíamos decidido tomar el fácil.
Y nos echamos al monte… Y jooood…., con el tramo fácil, a mí me gusta el cicloturismo, pero no el ciclosuplicio…
Hasta que desembocamos en la carretera al pueblo…., Qué alivio..!!!
Duchita y a celebrar el cambio de década de Antonio…. Bienvenido al club..!!!!
Y un brindis por el chaval que cambia de década…!!!.
En el restaurante del camping próximo a Villardeciervos que hasta tiene playa…!!. Aquí no se privan de ná.
Playa de los molinos en el Embalse de Valparaiso, en el río Tera junto a Villardeciervos.
Sábado 11, segundo día. Vuelta al Embalse de Valparaíso, río Tera.
Salimos a las 9 de casa, rumbo al camping de Manzanal donde teníamos planeado re-desayunar antes de dar una vuelta en barca por el pantano que habíamos concertado con Mario, responsable del camping.
Antes subimos al campanario de la iglesia de Codesal, se podían tocar las campanas pero eran las 9:30 y sábado. Queríamos salir ilesos del pueblo y lo dejamos estar.
Juan y Pedro son patrones de barco, uno de yate y otro de barquichuela. Enseguida se pusieron a los mandos bajo la atenta mirada de Mario
Antonio y yo de grumetes…, y tan agusto…!!!
Durante el recorrido, Mario, además de patrón de la barca, nos hizo de guía turístico. Aparte de las playas que hay alrededor, se puede montar en piragua, pescar…
Para los de las piraguas hay 20 km para hacer brazos, casi ná… Y para los pescaillas hay Bass, trucha, barbo…, Mario hace curricán con la barca.
Pedro, puede llevar barcos de hasta 15 m. Esto era un cascarón, así que…
En fin, un paseíto que nos permitió comprobar la pericia de los dos patrones de barco que llevamos con nosotros, Pedro y Juan le dieron descanso llevando la barca. Y Pedro se encargó del atraque en el embarcadero huy, huy, huyyyy…, pensamamos alguno, pero vimos que Mario estaba tranquilo…. Y…, perfecto, Pedro atracó la barca cómo lo que es, un profesional del ramo.
Y después del periplo en barca, seguimos camino hasta la cola del embalse de Valparaíso y la cabecera del anterior sobre el río Tera, el de Cernadilla.
Pasamos al otro lado por la presa con la idea de coger la nacional, pero al pasar el puente sobre la vía del tren vimos que el camino paralelo a ésta parecía estar bastante bien y nos aventuramos por cambiar de ambiente.
Y seguimos hasta coger la nacional hacia Monbuey buscando un restaurante. Preguntamos a una señora dónde comer bien y barato. Nos indicó 6 km más adelante.
“Me Gusta Comer”, es el nombre del restaurante. Veamos si hace honor al nombre.
Nos sentamos y nos recibe el Chef. Un tipo peculiar, con atuendo tipo “Chicote”, bueno, el menú estaba tasado asi que no esperábamos nada especial, pero nos íbamos a llevar una sorpresa.
De entrada, la cosa iba de Entrantes, Primero, segundo y postre….!!!. Algunos de ellos a continuación.
Pues vive dios que el restaurante hace honor al nombre, si señor, “Me Gusta Comer”.
Merece la pena extenderse en el menú. Sincéramente, no recordamos otro sitio en el que hayamos comido con la calidad de éste. Tres platos y postre, comida exquisita, preparada con esmero y con gusto, pues eso, a lo “Master Chef”.
Y, al final, lo mejor de todo, Chicote de cocinero….
Justo detrás de la foto emplata él mismo a la vista de los comensales. Repetiremos a la vuelta.
Y sobre las cuatro treinta, con la fresca (31°) y después de todo lo anterior, a completar el resto del camino hasta casa, unos 15 km.
Pero a Juan le pasa lo que a Fernando, que como a Colón, les gusta explorar nuevos caminos y….
Los 15 km por carretera se convirtieron en 20 por caminos por los que sólo pasaban los bichos. Aparte de un extra de bajada y subida de la presa del embalse.
Se nos acabó la carretera…, y ahora ?
No había más que un camino que sólo estaba indicado en Google Maps pero por el que no había pasado nadie en mucho tiempo. Era la mejor opción, la otra era ir “patrás” volviendo a bajar y subir la cuesta del embalse. Eran las 5 de la tarde y “Lorenzo” en plena producción.
Domingo 12, tercer día de ruta. Rumbo a Lugo subiendo O´Cebreiro.
Tomamos rumbo a Villafranca del Bierzo para iniciar la subida al puerto de O’Cebreiro, mítica etapa del Camino de Santiago.
Como hay algunos que no lo conocen, decidimos que era buena ocasión para hacerlo por primera vez. Antonio y yo ya la subimos hace unos años. Una perita en dulce.
En Villafranca, antes de empezar la etapa.
El plan es que uno lleve la furgoneta hasta un punto intermedio y que luego lo releve otro hasta O’Cebreiro. Antonio hizo el primer tramo y como yo ya lo he subido dos veces, pues me “sacrifiqué” (todo sea por la amistad) y llevé la furgo hasta la cima pasando por Piedrafita.
Este es el entorno…, Que guapo, no ?. Pues sobre la bici no se ve igual.
Por mi parte me perdí la mayor parte del recorrido con sus estupendas rampas de no sé cuántos porcientos en las que muchos se bajan de la bici y empujan porque van más rápido. Una pena, la verdad…??
De todas formas, una vez con la furgo arriba, bajé con la bici a su encuentro y les acompañé los últimos kms por si necesitaban ayuda, agua, ánimo…
Y así, me puse a la cabeza del pelotón de cuatro, atrás los tenía a todos..??
Pues si, estaban necesitados de todo. La subida a O’Cebreiro es, como fue siempre, de atarse los machos.
Y sin parar en el bareto de La Laguna (a dos km de la cima), llegamos a O’Cebreiro.
Una vuelta por la Aldea de O’Cebreiro, que, a estas alturas, se ha convertido en un supermercado de “souvenirs”. Ya no es lo que era hace unos años.
Y después de comer en Piedrafita tomamos camino a Lugo donde nos esperaba una estupenda casa Rural donde pasamos dos noches.
Y después de aposentarnos y descansar un poco, por la tarde visita a la muralla de Lugo.
Realmente espectacular..!!!
La muralla romana de Lugo rodea el casco histórico de la ciudad. La antigua ciudad romana de Lucus Augusti, fundada por Paulo Fabio Máximo en nombre del emperador Augusto en el año 13 a. C. con la finalidad de anexionar, definitivamente, el noroeste de la península ibérica al Imperio romano fue dotada en el Bajo Imperio de un muro de defensa que ha perdurado, con escasas reformas, hasta la actualidad.
La muralla, con una longitud de 2266 metros, coronada por 85 poderosas torres, delimita el casco histórico de Lugo. (notas de la Wikipedia).
La catedral desde la muralla
Y para rematar, pulpería a lo Covid. Buen sistema para aislar mesas entre comensales
Lunes 13 de julio, cuarto día de ruta:
Después de lo de ayer, hoy toca “verano azul” por los alrededores de Lugo. Junto a la ribera del Miño y uno de sus afluentes, el Rato, un arroyo que bordea una parte de la ciudad.
Entre los dos, Miño y Rato, abrazan la ciudad por el sur y junto a ellos hay senderos para bicis y viandantes. Casi 40 km por la ribera de los dos nos han servido para hacer boca en un buen sitio que recomendamos.
Buscando el Miño, bajamos a través de bosques de meigas en los que los árboles llegaban a tapar casi por completo la luz del sol.
Caminito por la ribera del río Miño con robles (carballos), guardando la orilla.
Han sido casi 40 km por un entorno idílico, muy bonito. Toca reponer fuerzas.
Y le teníamos echado el ojo a un restaurante que nos habían recomendado…….
Tachaaaannnn…!!!, Quién se atreve con esto ????
La idea inicial era comer de menú. Antonio se enfadó un poco porque ya que estábamos en un santuario de la comida gallega pues que comer de menú a él le parecía un sacrilegio.
Le hicimos caso y al final resultó que tenía razón.
Teníamos dudas sobre el tamaño de los platos, el camarero nos decía que oye, que depende… (muy gallego). Bueno pues resultó lo que ya véis, sólo dependía del “saque” de cada uno de nosotros.
14 de julio, martes: Cuarto día de ruta.
Hoy hemos decidido que nos lo vamos a tomar de descanso y cambiamos la bici por una tourné turística por la Ribera Sacra.
La Ribeira Sacra es una zona que comprende las riberas de los ríos Cabe, Sil y Miño, en la zona sur de la provincia de Lugo y el norte de la provincia de Orense.
Wikipedia: Aunque siempre se aceptó que el nombre hacía referencia a la gran cantidad de monasterios existentes en la zona, estudios posteriores recientes de 1987 concluyen que “Riboira Sacra” hace referencia realmente a “Robledal Sagrado” relacionado con las tradiciones celtas en torno al roble. El Sr.google sabe algo de esto:
https://es.m.wikipedia.org/wiki/Ribeira_Sacra
Hicimos un tour en barco dónde nos contaron la historia del cañón.
En las laderas del cañón se cultivan las viñas en terrazas escalonadas, principalmente de uva “mencía”, que dan lugar a la denominación de origen “Ribera Sacra”.
Se puede imaginar el trabajo que requiere el cultivo de estas viñas en las que se tiene que hacer todo a mano. Para la vendimia, suben la uva por unos railes en cajones tirados por cables de acero desde arriba. las mas bajas se recolectan mediante barcas.
En lugares privilegiados en las laderas del cañón se encuentran varios monasterios ahora vacios de monjes y convertidos en sitios de interes turistico.
Monasterio de Santa Cristina
5º día de ruta: En Villardecervos con los lobos
Le hemos cogido el gusto a la vena turística y hemos pensado que con lo de O’Cebreiro ya teníamos suficiente. Ese día pasó factura. Hemos visitado el “Centro del Lobo Ibérico” por Puebla de Sanabria.
Hemos visitado el “Centro del Lobo Ibérico” por Puebla de Sanabria.
Cómo se puede ver en la web, se trata de un ” recurso educativo y de dinamización socioeconómica ligado al Plan de Conservación y Gestión del Lobo en Castilla y León”
Lo llevan profesionales veterinarios y nos han dado una charla previa muy clarificadora planteando todos los puntos de vista que rodean la problemática del lobo. Muy instructiva.
Esto ha hecho con el tiempo que la colonia de lobos en La Sierra de la Culebra sea la más numerosa de la península y en perfecta armonía con el entorno. Incluso los cazadores pagan suculentas cantidades por abatir lobos viejos bajo la supervisión del parque.
Es una manada que vive en el centro y que cuidan con el objetivo de dar a conocer sus costumbres y ayudar a entender el equilibrio necesario entre el lobo, ganaderos, cazadores, etc
Y antes de emprender el camino de regreso a casa nos despedimos de las playas del Embalse de Valparaiso, porque Villardeciervos, además de embalse con camping, piraguas, y montes con boletus tiene…
Playa..!!!, tiene playa Villardeciervos. No le falta de ná..!!
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